Carta de presentación

No soy Dilan, ni Sabina, mucho menos Palomas,
cuando digo que canto, miento.

Aunque a veces, hasta con la mente escribo,
no soy el poeta en el que me he convertido.

A veces mi ronco hablar suena a mierda,
pero no me representa, ni me proyecta.

Ya me he rebelado contra el sistema,
siempre termino perdiendo, pero resisto.

Duermo solo, o eso me gusta decir,
casi siempre despierto abrazado de mis silencios.

Vivo, bebo, muero un poco a diario,
cargo mil demonios en el cuello como amuleto.

Tengo el ojo alegre y el corazón vacío,
que busca un cenzontle para capturarlo.

Cada cierto tiempo me sonrojo, aunque no se nota,
casi siempre por ojos cafés o cabellos chinos.

Siento cómo pasa el tiempo, no estoy cansado,
pero ya no pienso como antes pensaba, o más bien ya no puedo.

No digo nada, sudo mucho, cuando me siento apenado,
pero dentro retumba el grito de lo estoy ocultando.

Soy cabrón cuando quiero, tierno cuando puedo,
grosero cuando necesito y político cuando es necesario.

Hoy me dio por describirme, por no quedarme sentado,
esperando a que me pruebes y me descubras.

Hoy sé que muy pocas cosas realmente me asustan
una es estar enamorado, la otra, enamorarme de ti.

 

 

 

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑